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INFORME DE AGRONEGOCIOS: MAYO 2025

INFORME DE AGRONEGOCIOS: MAYO 2025

Estimados lectores, les presentamos a continuación nuestro informe para la empresa agropecuaria correspondiente al bimestre abril-mayo. Esta es otra de nuestras formas de estar en contacto con ustedes, acercándoles la mirada de El Criterio sobre la actualidad del sector y esperamos que sea de su interés.

GANADERÍA

BALANCE POSITIVO Y DESAFÍOS ESTRATÉGICOS
En un contexto global de creciente demanda de carne, Argentina se posiciona con buenas perspectivas. Hoy, el negocio ganadero muestra señales alentadoras: mayores pesos al destete en zonas de cría, faena de vacas más pesadas y números favorables para la recría y el engorde a corral.
El otoño vino acompañado de lluvias oportunas y temperaturas cálidas, lo que permitió contar con recursos forrajeros de buena calidad y cantidad, salvo en las regiones afectadas por excesos hídricos persistentes.
La cría también atraviesa un buen momento, aunque condicionada por el valor de los arrendamientos, lo que obliga a quienes deben renegociar contratos a pensar en estrategias productivas diferenciadas.
En cuanto a precios, se mantiene la tendencia destacada en nuestro último informe, con valores históricamente buenos y sostenidos: vaquillonas preñadas hasta $1.300.000 por cabeza, novillos a $3.000/kg, novillitos a $3.300/kg y terneros a $3.600/kg; lo que genera una relación insumo-producto favorable, especialmente en comparación con el precio del maíz, el combustible y el alambre.
El consumo interno sigue mostrando una recuperación estable y representa actualmente el 75% del destino de la carne producida. Esta fuerte demanda local, en un contexto de oferta limitada, afecta la competitividad de la industria exportadora, sumado a un tipo de cambio bajo, falta de hacienda gorda para comprar y un precio en dólares del novillo elevado.
Por su parte, los mayores pesos de faena están aportando rentabilidad al sistema, lo que se traduce en una mayor oferta de carne para el mercado, mientras que las lluvias y temperaturas cálidas brindaron condiciones para sostener la hacienda en el campo, planificar ventas estratégicas y diferir decisiones comerciales. En síntesis, la ganadería argentina atraviesa una etapa de optimismo. El clima y los precios acompañan, permitiendo lograr buenas preñeces y pesos de faena. Mientras el dólar se mantenga estable, la clave será sostener la eficiencia productiva y estar atentos a las oportunidades que pueda ofrecer el mercado internacional.

AGRICULTURA

PANORAMA AGRÍCOLA: LLUVIAS, CULTIVOS Y PRECIOS EN FOCO
En la provincia de Buenos Aires continúa la cosecha de verano, aunque fuertemente demorada por las persistentes lluvias y la falta de piso tanto en lotes como en caminos rurales. Esta situación genera serias complicaciones logísticas y obliga a replantear estrategias productivas de cara a la campaña fina 2025/26. En algunos partidos del centro-oeste bonaerense, los acumulados de precipitaciones ya representan hasta un 90% del total anual habitual, lo que plantea importantes incertidumbres sobre el desarrollo climático y productivo de los próximos meses.
En cuanto a los cultivos, el girasol presentó una campaña excepcional dado que el estrés hídrico se desarrolló con buena oferta hídrica y, a pesar de los temporales ocurridos hacia el final del ciclo, el rendimiento promedio nacional se posicionó en 23 qq/ha, marcando un récord histórico y superando en 1,2 qq/ha al anterior máximo, registrado en el ciclo 2014/15 (22,2 qq/ha). Además, el volumen nacional de producción alcanzó 4,7 MTn, estableciendo un récord histórico, alcanzando un incremento interanual de producción del 30,6 %, que resultaría en un aumento del 53% de volumen de producción y por lo tanto en recaudación fiscal y exportaciones, respecto al año anterior (Fuente: PAS).
El avance de cosecha de maíz con destino grano continúa avanzando lentamente, a la espera de condiciones óptimas de humedad en planta y de piso, alcanzando el 44 % a nivel nacional y un rinde medio de 80 qq/Ha para el maíz temprano y 75 qq/Ha para el maíz tardío. Para estos últimos, las primeras heladas ocurridas recién a fines de mayo brindan un panorama muy alentador, estimando que la mayoría de los planteos atravesó un llenado de granos sin complicaciones.
Respecto a la soja de primera, a pesar de algunas demoras por los excesos hídricos, alcanza el 89 % de la superficie con un rinde promedio nacional de 31qq/ha. En lo que respecta a soja de segunda, los resultados obtenidos han resultado superiores a los esperado, beneficiado por las lluvias de fin de ciclo y la demora en las heladas que extendió el período de llenado de granos, alcanza hoy un avance del 77,7 %, con un rendimiento promedio de 25,4 qq/Ha.
El foco se posiciona ahora sobre la campaña de fina. Comenzada ya la siembra en el centro y norte del país, es en la provincia de Buenos Aires donde la campaña aún está por definirse. Particularmente en el centro-oeste del partido, donde los excesos hídricos han producido extensas demoras en la cosecha de los cultivos estivales y con barbechos retrasados por falta de piso y márgenes ajustados, las hectáreas a fina aún están por definirse.
NEGOCIO AGRÍCOLA
La aplicación de retenciones bajo esquemas temporales y cambiantes afecta la previsibilidad del negocio. Si bien alguno actores del sector interpretan estos anuncios como señales positivas y conserven la expectativa que llegada la fecha se extenderá también la baja a los granos de soja, maíz y girasol; para otros, esta transitoriedad solo dificulta el negocio ante la baja de las cotizaciones de los granos y lo ajustados de los márgenes, beneficiando solo al fisco y su necesidad de dólares.
A nivel internacional, el acuerdo entre
Estados Unidos y China para reducir drásticamente sus aranceles por 90 días mantiene a los mercados a la expectativa.
Mientras tanto, el informe de la USDA indicaría que durante la próxima campaña
aumentaría la superficie de maíz en detrimento de la de soja, lo que repercutiría en relaciones insumo-producto más moderados.
En Argentina, el mercado ha mostrado una evolución desfasada respecto del contexto internacional, influenciado por los recientes anuncios del gobierno sobre el fin del dólar blend y las retenciones. En este escenario, y considerando que en las próximas semanas finalizará
la cosecha de gruesa y se definirán las superficies destinadas a cultivos de fina, se espera un aumento significativo en la volatilidad del mercado.
En un contexto de buenos resultados de la gruesa e incógnitas respecto a la
superficie de fina combinados con la temporalidad de los anuncios del gobierno
y el comienzo de la campaña climática en el hemisferio norte, las empresas y
productores deberán mantenerse atentos, evaluar cada decisión con precisión y
adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y la política.

ADMINISTRACIÓN

¿EN QUÉ ANDAN LAS EMPRESAS?
La macroeconomía argentina muestra una dinámica de relativa estabilidad: la inflación se mantiene en torno al 2% mensual y el tipo de cambio oficial ronda los $1.100. En este contexto, los primeros resultados del gobierno generan cierto optimismo sobre la continuidad del
rumbo económico, mientras el riesgo país muestra una leve pero sostenida caída.
Sin embargo, esta aparente calma macro contrasta con las señales de presión fiscal: se
anticipa una suba en los derechos de exportación para soja, maíz y girasol, como parte del esfuerzo por mantener el superávit fiscal. Una medida que golpea de lleno a un sector que ya
enfrenta graves dificultades por eventos climáticos extremos y emergencias agropecuarias declaradas en varias zonas productivas.
En este escenario de precios estancados en pesos y sin señales de una devaluación inminente, los granos dejaron de resultar un refugio financiero. Quienes deciden vender deben tomar decisiones precisas sobre la asignación de sus excedentes financieros, sea adelantando a compra de insumos, invirtiendo en pesos a tasa o posicionándose en dólares. En paralelo, y ante la necesidad de financiamiento de los sectores productivos, los bancos lanzaron variadas líneas de créditos en pesos y en dólares, buscando seducir a los ahorristas y promoviendo la inversión. Marco que le da a la macro un poco de mayor previsibilidad, obligando a adaptar estrategias.
Distintos analistas coinciden en que la actual etapa se caracterizará por un aumento del gasto en dólares, una caída en la rentabilidad de la mayoría de los rubros, un encarecimiento del crédito y la necesidad de eficiencia como eje de gestión empresarial. Ya no alcanza con esperar mejoras del contexto: las empresas deben iniciar un proceso de revisión integral.
¿Dónde empezar? Por la parte técnica y productiva: revisar planteos agronómicos, ajustar los costos de arrendamiento según zonas, aplicar tecnología con criterio y buscar mejoras en eficiencia operativa. Luego, avanzar sobre el plano financiero: optimizar la colocación de excedentes o el apalancamiento, eficientizar la carga impositiva, sofisticar la estrategia comercial de granos, y reducir costos de administración, estructura y logística. Y último y no menos importante, trabajar sobre la gobernanza y el capital humano: profesionalizar decisiones, asignar mejor los recursos y construir equipos más eficientes.
No existe una receta general. Cada empresa deberá identificar sus puntos débiles, aquellos que más retorno marginal puedan generar. Generalmente, este punto coincide con lo que menos nos gusta abordar o donde la organización tiene menos habilidades. Allí está el verdadero desafío y la mayor oportunidad de mejora.
Mientras tanto, la cosecha gruesa avanza pero las últimas lluvias sumaron complicaciones: problemas de calidad, falta de piso, lotes anegados, caminos intransitables y demoras logísticas por falta de camiones. Esto se traduce en mayores costos de comercialización y genera dudas sobre el resultado económico final, con realidades muy dispares según cada región.
En lo comercial, el fin del dólar blend y la salida del cepo provocaron una caída del 5 al 7% en los precios de los granos, lo que enlenteció la toma de decisiones de venta. Con márgenes cada vez más estrechos, los anuncios oficiales —como la prórroga de la baja de retenciones a
trigo y cebada hasta marzo de 2026 y el posible aumento para soja, maíz y girasol a partir del 30 de junio— generan un escenario de alta actividad y múltiples decisiones por tomar en el
corto plazo.
El Excel proyectado para la nueva campaña no entusiasma: con precios futuros actuales,
rindes promedio y arrendamientos similares en quintales a los de esta campaña, el margen tiende a cero. Es tiempo de lápiz fino, decisiones rápidas y una mirada estratégica integral.
El contexto actual combina cierta estabilidad macro con múltiples desafíos
microeconómicos para las empresas agropecuarias. Entre lluvias, subas fiscales, precios planchados y márgenes ajustados, la gestión eficiente se vuelve imprescindible. Cada empresa debe identificar sus debilidades, mejorar donde más impacto puede generar y prepararse para un año en el que el resultado dependerá
más que nunca de la calidad de las decisiones.

“Si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo los que estamos consiguiendo”.
Stephen R. Convey

Hasta el próximo informe,
Un cordial saludo.

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